Demon's Crest

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• Votos Totales: 93
• Autor: Iori_orochi (staff at peaso dot com)
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En silencio, un par de ojos desgarran el velo impío de la noche.

Una sonrisa macabra detenta el preludio de la lucha del caído por encontrar en la luz, sombra; por alcanzar el reto máximo... aún a costa de su vida.

De dos mundos habla el mito. Uno era gobernado por humanos; el otro, regido por demonios, estaba entregado a las tinieblas.

Un día, seis piedras mágicas cayeron desde el cielo, al reino de los demonios. Grabados en las piedras estaban los emblemas del Fuego, Tierra, Aire, Agua, Tiempo y Paraíso. Pronto, los demonios comenzaron a luchar por estas piedras mágicas, y una guerra civil estalló en el reino. Fue entonces cuando, allí donde la ennegrecida mancha de la oscuridad va dejando su marca, apareció un demonio que supo arrancar por fuerza la inmortalidad que sólo otorga la memoria: Firebrand, un caído, engendro impío de las llamas del averno, se alzó vencedor por sobre sus congéneres. Pero aún cuando el Demonio Rojo había obtenido cinco de las piedras, no se sentía conforme... y, eventualmente, retó a una lucha singular al gran Dragón de la leyenda por el control de la última de ellas, la piedra del Paraíso.

Luego de una larga y desesperada batalla, teniendo de su lado los poderes de la oscuridad y los emblemas, el Demonio Rojo logró destruir al Dragón, alcanzando finalmente su cometido...

Pero pagaría con sangre el precio de su victoria.

Debilitado y disminuido, Firebrand emprendió el vuelo, buscando recuperar fuerzas para un próximo encuentro. Sin embargo, aquel momento resultó llegar antes de lo previsto: Phalanx, otro gran demonio que ambicionara la fuerza obtenida por Firebrand, lo atacó mientras aún se retiraba del campo de batalla. Todas los emblemas que le dieron poder cayeron a tierra y el Demonio Rojo, a las puertas de la muerte, se vio enfrentado nuevamente a un enorme desafío: se encontraba a merced de Phalanx, quien planeaba apoderarse de ambos mundos, el de los demonios y el de los humanos, usando el tremendo poder contenido en las piedras mágicas.

Era imposible determinar cuánto tiempo le tomó recuperarse de sus heridas. Pero luego de escapar del Coliseo donde Phalanx lo había aprisionado, Firebrand juró tomar venganza, y reclamar el poder que lo había eludido por tanto tiempo...

Demon's Crest es una joya entre los juegos de Plataformas, traída por Capcom, gran desarrolladora de títulos como Marvel Super Heroes: War of the Gems o X-Men: Mutant Apocalypse. Esta aventura se encuentra ambientada en escenarios decadentes y sombríos, narrando la historia de un demonio cuyas ambiciones van más allá del dominio del mundo; mientras acompañamos a Firebrand en su incansable búsqueda por un reto digno, nos acercaremos cada vez más y más a un destino siniestro del cual ni ángeles ni demonios podrán escapar.

Esta entrega representa el final de la trilogía que iniciara en Game Boy, con el juego Gargoyle's Quest: Ghosts'n Goblins (1990). Los primeros pasos de Firebrand fueron en el rol de villano, acosando a Arthur en el clásico Ghosts'n Goblins (Arcade, 1985); ahora, en su propio título, pronto supo ganarse un lugar protagónico, y su maldad e incansable espíritu de lucha le harían merecedor de no una, sino dos secuelas enfocadas en su nombre: Gargoyle's Quest 2: The Demon Darkness (NES, 1992), y Demon's Crest, el presente título.

Al iniciar, nos encontramos con la historia que ambienta todas las aventuras de Firebrand. Nos enteramos de la existencia de los emblemas y del tipo de mundo en que deberemos combatir; posteriormente, podremos iniciar el juego desde cero, continuar en alguna sección que deseemos mediante la introducción de una contraseña, o ingresar al apartado de opciones, donde podremos configurar los controles que mejor se acomoden a nuestro estilo de juego y elegir entre sonido para un sistema Monoaural o Estéreo.

Cuentas con una pantalla de selección que resultará muy útil a lo largo de tu aventura: podrás elegir diferentes transformaciones según la necesidad y la disponibilidad de cada una. También encontrarás contenedores de vida que aumentan el aguante en batalla, pociones o recipientes vacíos para realizar compras a alguno de los alquimistas a cambio de unas cuantas monedas, papiros para potenciar tus habilidades, y finalmente, accesorios, equipables para incrementar las posibilidades de encontrar dinero o recipientes de vida, o para doblar el aguante o el ataque de nuestro personaje. Aunque la economía no ocupa un lugar central en este juego, vale la pena agregar que, en algunos casos, tener la mejor preparación para la batalla llevando pociones y conjuros puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

A nivel gráfico, cuenta con puntos muy interesantes para la época; mientras la cantidad de detalles en los personajes es bastante alta, las texturas y los movimientos se mantienen fluidos y dinámicos, posibilitando tener combates en donde la estrategia y la agilidad van ocupando un rol cada vez mayor. Del mismo modo, los escenarios son un elemento digno de elogio: es uno de esos pocos juegos que cuenta con una interacción real con respecto al entorno. Al caer sumido en la oscuridad, Firebrand puede hacer uso de su aliento de fuego para encender candelabros e iluminar su camino; las estatuas, detalles inertes de otros tantos juegos, pueden desplazarse o incluso destruirse por medio de un cabezazo, del mismo modo que los vitrales, ventanales y puertas.

Es de acotar que la distribución de etapas muestra una dinámica familiar. Nos movemos entre dos tipos de escenarios: uno en 2D, donde transcurre gran parte de la acción, y uno ambientado con un motor 3D, que sirve de macro-escenario para la aventura del Demonio Rojo. Evocando otros títulos RPG, podremos desplazarnos por el mundo para acceder a los distintos escenarios; del mismo modo, podremos explorar el mapa en busca de tiendas secretas o sitios ocultos; acción que, por lo demás, se mantendrá como una constante.

La jugabilidad de esta entrega es bastante rica. Ya al inicio contamos con varias acciones interesantes, que van desde planear indefinidamente, pasando por el clásico lanzallamas, hasta poder incluso pegar cabezazos. Conforme vamos avanzando en el juego ganaremos otras facultades interesantes, como la de volar, al obtener la forma de viento, o la de nadar y respirar bajo el agua, una característica que amplía la cantidad de terreno explorable.

Aunado a todo lo anterior, una amplitud de finales representarán un reflejo fiel del grado de profundidad que deseemos otorgarle al juego; desde un juego más bien ocasional y lineal, en donde la secuencia final es simple y algo pobre, hasta llegar a un "verdadero final", en el que la historia finaliza de una manera tan magistral como inició.

El apartado sonoro es un elemento que ayuda al jugador a compenetrarse con los escenarios y los momentos, aumentando la velocidad de las melodías conforme los enfrentamientos se van haciendo más brutales; del mismo modo, al combinar espacios sombríos con melodías taciturnas, el jugador podrá disfrutar de una experiencia increíblemente absorbente.

Uno de los elementos más interesantes, y a la vez más frustrantes de este juego, radica en la cantidad de escenarios explorables a lo largo de la aventura. Una estatua sospechosa o un remolino misterioso pueden conducir a plataformas enteras con sus propios secretos; paredes falsas, bloques rompibles y abismos con plataformas ocultas hacen de este juego una verdadera obra maestra de la indagación, y aunque siempre podremos ayudarnos de una guía, en muchos casos tendremos que atentar contra nuestra prudencia para poder buscar un recipiente oculto, aún a costa de nuestra propia vida. Constantemente, necesitarás de una buena dosis de estrategia, y experimentación con diferentes accesorios, hechizos y pociones.

El juego en sí mismo es una obra maestra de los títulos de Plataformas. Todos los apartados aportan a la experiencia de juego; lo único que deja algo que desear es la altísima dificultad en cosas como poder acertar un buen cabezazo, y el hecho de no poder ver a Firebrand haciendo uso de la Piedra del Paraíso, el único cabo suelto al final de la historia. Ya sea que se desee abordar el juego desde una visión de Plataformas, o que se busque llegar al más recóndito de los parajes en búsqueda de los secretos escondidos, este título es altamente recomendable para todos los jugadores, sean veteranos o novatos.

A diferencia de la mayoría de las historias en este género, cuya premisa nos invita a encarnar el rol del héroe que intenta salvar el mundo de la destrucción, Demon's Crest nos llevará a una búsqueda de poder mediante la fuerza del caos... búsqueda que, sin duda, considerarás la más inolvidable de las aventuras de Firebrand. Una propuesta muy interesante y sombría, merecedora del tiempo y el reconocimiento de todos.

• Año: 1994
• Fabricante: Capcom